El Procurador General de Texas Ken Paxton se ha unido a un escrito de amicus dirigido por Montana en la Corte Suprema de Pensilvania, rechazando a un poder judicial activista que ignora la ley federal y los derechos constitucionales de los estadounidenses bajo la 2da enmienda.

En Gustafson v. Springfield Armory, una pareja de Pensilvania está tratando de responsabilizar a un fabricante de armas, Springfield Armory, y a un comerciante de armas, Saloom Department Store, por la muerte de su hijo a pesar del hecho de que la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas (Protection of Lawful Commerce in Arms Act, PLCAA) se aprobó precisamente para proteger a la industria de armas de fuego de tales demandas.  

Al igual que el tribunal de primera instancia que escuchó por primera vez este caso, los ciudadanos de todo el país han defendido consistentemente la constitucionalidad de la PLCAA. Pero el tribunal de apelación intermedio se apartó de los precedentes, ignoró la ley federal y anuló el tribunal de primera instancia cuando declaró inconstitucional el PLCAA.  

En el escrito, el Procurador General Paxton y sus procuradores generales aliados instan a la Corte Suprema de Pensilvania a escuchar el caso y revocar la decisión de la corte de apelaciones. Sin la PLCAA en su lugar, los radicales anti-armas en todo el país iniciarían demandas frívolas diseñadas para destruir la 2ª Enmienda arruinando financieramente a los fabricantes de armas y despojando a los ciudadanos estadounidenses de su derecho a asegurar la posesión legal de armas.  

Como dice el escrito: "En opinión de la generación fundadora, el derecho a poseer y portar armas no se trataba solo de la protección individual, sino que era un control de la tiranía. El grupo anti-armas moderno no está de acuerdo. Pero estos grupos no han logrado quitarles las armas a los ciudadanos respetuosos de la ley y no han logrado anular la Constitución a nivel estatal.  Sin desanimarse, ahora han recurrido al reciclaje de desafíos legales fallidos de los años 80 y 90, que tienen como objetivo desarmar a los estadounidenses al llevar a la bancarrota a los fabricantes de armas. Pero el Congreso imposibilitó estas demandas al aprobar el PLCAA".

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